Aunque la singularidad y excelencia de la gastronomía vasca se ha asentado sobre elementos tan identificativos como los pintxos, nuestros asadores o el fabuloso elenco de restaurantes con las más prestigiosas distinciones, hay otro elemento que nos difer

Estas construcciones rurales, que tachonan valles, costas y prados, y que fueron erigidas para el oficio de la labranza y la ganadería convenientemente dispersas, son ahora restaurantes donde armonizan los materiales característicos de su obra, como la piedra o la madera, con el fuego y las brasas, con la tradición y la vanguardia de las cosas del comer y del beber.