Todo empezó por la costumbre de comer algo entre vino y vino en el tradicional ritual del “txikiteo” de las cuadrillas por los bares.
De las sencillas y famosas “Gildas” bautizadas así en homenaje a Rita Hayworth, los pintxos han ido evolucionando hasta transformarse en pequeñas obras maestras de alta cocina, con sabores elaborados y sofisticados que dan rienda suelta a la creatividad de quienes los elaboran.
Los pintxos se han convertido en una referencia culinaria y uno de nuestros principales reclamos a nivel gastronómico. Por eso, paseando por nuestras calles encontrarás numerosos locales con estas exquisitas creaciones en miniatura expuestas en sus barras a la espera de ser degustadas.